5 agosto 2009
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Corría el 2000 y en las calles del puerto un viento agrio y amargo se mezclaba con la bruma y producía calles opacas y nebulosas. En cada esquina esperabas encontrar a Jack el Destripador o a un hombre armado. Eran los tiempos difíciles, de los filósofos enclaustrados, la época inquisitoria que todos alguna vez debemos pasar para encontrar los senderos de la paz.
Las calles en silencio quejumbroso , la luna apareciendo a medias entre dos aviones negros y un lamento de perros ladrando a las pocas estrellas que titilaban en las alturas.
La única forma de escapar a esta sensación temblorosa y corrupta era dirigirte a tu hogar , entrar al dormitorio y encender la TV para ver los programas de corazón y a la telefarándula . Comenzabas a soñar con las chicas siliconadas que como bellas flores venenosas transtornaban tus sentidos y ampliaban tu conciencia para lograr el camino hacia la iluminación, a través del sexo sin amor. Flores venenosas que te embriagaban con su perfume
Y empezabas a darte cuenta que tus principios y valores se derrumbaban cual castillo de naipes y podías aceptar hasta la basura y el barro maloliente y cuando estabas a punto de entregarte como un infante como un pequeño inocente desde lo más profundo de tu interior un voz eco-tronante como en una caverna, una conexión satelital de miles de años con tus abuelos prehístóricos, transportados en ese pitido chirriante
-¡ Sal de aquí , huye! es tiempo de escapar , de recuperar el sentido común , de enfrentarte a tus miedos, de caminar en la luz y cruzar a través del espejo-
Y en ese momento en ese instante pude comprender que mas tenebroso era ese espacio luminoso donde habitaba un mundo de tráfico y complicidades sustentado en una visión hedonista, glamorosa y sin valores.
Y tomé la decisión más radical, sali a esa calle oscura para encontrarme con Jack y en esa pesadilla aprender del Mal , de lo criminal y perverso , en esas sombras oscuras encontrar un camino ideal hacia el portal del Bien. La única forma era cruzar el Hades para ver al final del camino la luz del Nirvana como un milagro de los sentidos que pueda ayudarte a encontrar lo mejor de ti mismo , ampliar tu visión del universo y escuchar como escuchas a las ballenas en el mar , la bella sinfonía de las Nebulosas perdidas, en un gran espacio oscuro a miles de años luz.