Williams Shakespeare " Esa cosa oscura que reconozco mía "
En una noche de verano partimos hacia el rincón más lejano del desierto, internándonos en playas lejanas no exploradas, teníamos un viejo todo-terreno y no fuimos cuatro amigos a buscar un rincón de la tierra dónde no existieran pescadores cercanos que no impidieran traer una buena cosecha de lenguados y congrios.
Encontramos un camino de espanto repleto de baches, arena y polvo bajamos por el sendero hasta un lugar que consideramos sería productivo para nuestras intenciones de volver a casa como pescadores exitosos y tener una cena marina de esas para contarla a los nietos.
Más allá de las últimas rocas oscuras entremedio de algas y residuos de focas muertas, entre el azote de las olas y el grito de las gaviotas instalamos nuestro campamento. Un lugar árido, de quebradas profundas con grandes superficies de piedras blancas y grises un viento suave resonaba roncamente y creías estar en un rincón lejano mas cercano a Marte que a la Tierra.
Buscando el mejor lugar donde lanzar nuestros anzuelos, entremedio de olas , cerca de una oquedad húmeda repleta de cadáveres de focas y pingüinos la divisamos , más bien la vimos como una roca más , tendida a la luz como una sirena varada, desnuda y depositada en la arena como un alga reseca , parecía respirar a pesar de estar fuertemente quemada por el sol. Al acercarnos a ella la sentimos quejarse, parecía el plañido de un canario naranja muriendo por la herida provocada por el zarpazo de un gato en el corazón.
Quedamos estupefactos al verla aún viva en el rincón más remoto de la tierra de nada. La colocamos debajo de una carpa le dimos a beber agua . La quemazón terrible del sol y la lengua reseca la hacía tiritar , entre todos logramos tranquilizarla y cubrirla con un protector solar, le suministramos alimento para recuperarla y la dejamos descansar tranquila.
Le preguntamos - ¿ Qué hace una mujer, como usted en este lugar tan lejano? No tuvimos respuesta de ella
-Entre nos... ¿ Viste los moretones, está muy golpeada y abandonada en este lugar para morir lejos de los ojos de los hombres, de Dios y de los buitres marinos-
Después de volver a la casa la dejamos en camino a un pueblo pequeño . El terror de sus ojos al solicitarle llevarla a una ciudad mayor, nos hizo retirar la oferta de prender una luz en lado oscuro de la naturaleza humana.
Nunca supimos su nombre o que hacía abandonada en esas tierras áridas . Misterios de la vida marciana ,una desconocida abandonada en un lugar donde vienen a morir los animales marinos , cuando la dejamos aún parecía una mujer devorada por un león .A mirarla por el espejo retrovisor y diluir su imagen en el pavimento fue como dejar al Dr. Jeckill y Mister Hyde y descubrir con aterradora lucidez la Sombra que escucha la risa de los locos en una barraca de Aushwitz